Capítulo 0: Aquella buena vida...
De niño pensaba que matar era lo peor que podía existir en el mundo, ahora es el negocio que llevo a cabo desde hace 2 años...Cómo así cambié? Pues a medida vas creciendo vives lo suficiente como para decidir tu vocación, además de quedar huérfano a los 7 años y ver como mataron a mis padres despiadadamente en mi cara.
No quiero decir que mi vida fue feliz hasta aquel suceso, ya que después encontré mi verdadera misión en la vida. Viví por 3 años en la calle junto con otros niños con los cuales hicimos un pequeño grupo con el cual subiamos a los buses a tocar. Un día bajando de uno de los carros, empezamos a contar todo lo que habiamos ganado cuando, de repente, una camioneta se sube a la vereda y mata a mi amigo. Nadie lo ayudó, el conductor fugó y las personas alrededor seguían con sus vidas. Es ahí donde me di cuenta que la vida no tiene valor, las personas son egoístas y solo reaccionan cuando se sienten amenzados. Simplemente escoria...
A los 11 años, mientras vagaba por las calles de Lince, vi como un señor en moto mataba a otra sin ningún asco ni remordimiento. La gente se asustó pero no pasaba de eso. Me impresionó ver aquel momento que corrí detrás de la moto, esta se detuvo un una calle y el señor me apuntó con su pistola.
-Que chucha quieres chibolo de mierda? Quiéres morir acaso? Te lleno la mitra de plomo?
Me sentí intimidado, pero no me detuvo a responder
-Dispara imbecil, a cuántas personas has matado como para que un simple chibolo te importe?
Pensé que había llegado mi hora, pero...
-Jajaja! Tienes agallas enano, o acaso te cagas de miedo que ya no sabes que decir?
-Estoy solo, la gente en las calles es una mierda, nadie tiene valor y personas como yo solo somos una molestia.
-Claro que la gente tiene valor, viste al huevón que maté? Su cabeza valía 2000 cocos.
Me di cuenta de la realidad...
-Yo también puedo hacer eso?
-Jajaja! Eres valiente, pero muy huevón, no podrías lidiar con lo que yo hago.
-Me da igual, que puedo perder?
-Que lástima que gastes tu vida como yo, pero en fin, ese no es mi problema, si quieres subete a la moto y conocerás lo que de verdad es trabajar.
Tengo 18 años, me llamo Daniel, y sí, soy un sicario, encontré la vida perfecta, un juego donde la estrategia y tu identidad son más importante que la vida misma, tu mejor amiga es tu pistola, y perder no es una opción.
Vivo en una departamento en San Borja, cómo llegué a vivir ahí? Pues trabajando duro, ahora soy uno de los sicarios más pedidos, cumplo con el trabajo y no pido demasiado, no me interesa mucho el dinero, solo es pura diversión.
Mi mentor fue encarcelado, después de matar a un empresario, al parecer se arrepintió después de que se enteró que la hija del señor quedaría en orfandad. Pobre infeliz, terminé siendo mejor que él. Dejarse dominar por los sentimientos, es la muestra de debilidad más grande. Lo tengo muy en cuenta....siempre.